miércoles, 27 de abril de 2011

Empaques Biodegradables


El mundo se mueve a velocidades vertiginosas y los envases van en la cresta de la ola., hoy biodegradable es diferente a lo que significaba ayer, compostable no es una palabra muy clara, ¿sabemos la diferencia entre bioplásticos y biopolímeros?, ¿los bioderivados son degradables?. Bueno en fin si no se aclaran estos significados estamos construyendo una torre de Babel que despues traerá mas caos en nuestras tomas de desición para el diseño de un envase.
El señor Ernesto Silva gerente de Tecnología y Desarrollo Polímeros Industriales y de Empaques DuPond América escribió este artículo que si no logra aclarar este nudo de nuevos términos nos despeja el camino para aclararlos.






Los productores y usuarios de empaques tienen a su disposición una serie de estrategias y tecnologías para diseñar y producir empaques sustentables, como la ya conocida lista de las 4 R´s: Reducir, Reciclar, Reusar y Renovar. En los últimos años han aparecido una serie de términos para referirse a los empaques renovables como: degradables, bioderivados, biopolímeros, biodegradables, compostables, bioplásticos, que en oca siones no son usados de una manera adecuada debido a la falta de un conocimiento de estos nuevos conceptos, y también debido a que en ocasiones todavía no ha habido acuerdos entre las diferentes instituciones reguladoras y certificadoras para poder tener una definición claras de estos términos. Aunque ha habido avances importantes en este sentido mediante la creación de normas y certificados que avalen si un empaque puede ser considerado como biodegradable, compostable, etc. todavía falta mucho por hacer debido a que también están apareciendo nuevas tecnologías que hacen necesario el modificar y actualizar constantemente estas definiciones. Hasta hace pocos años los empaques se diseñaban con el objetivo de proteger adecuadamente el contenido, como un elemento clave de mercadotecnia para promover la venta del producto, así como un elemento importante para mejorar la experiencia del consumidor al comprar, almacenar, usar y desechar el producto. Actualmente lo que se está buscando es que, además de todo lo anterior, los empaques también se diseñen para minimizar su impacto ambiental. Y en el caso específico de los empaques biodegradables, lo que se busca es que estos al ser desechados se degraden sin contaminar el medio ambiente. Los empaques que quieran ser clasificados como biodegradables necesitan cumplir con ciertos estándares o normas ya sea nacionales o internacionales. En Europa los empaques clasificados como biodegradables necesitan cumplir con la norma EN 13432, y en Estados Unidos necesitan cumplir con la norma ASTM D6400. El término de empaques degradables engloba a todos aquellos empaques que pueden degradarse debido a la acción de diferentes medios ó agentes como pueden ser la luz (fotodegradables), la humedad ó el agua (hidrodegradables o hidrosolubles), oxígeno-calor-luz (oxo degradables), los microorganismos (bio degradables) ó por la presencia de ciertos aditivos ó catalizadores que favorezcan ó aceleren la descomposición y la degradación. Es importante mencionar que algunos métodos de degradación son más recomendables que otros debido a que pueden dejar residuos tóxicos ó fragmentos que no se descompondrán con el tiempo y que finalmente pueden contaminar y provocar problemas ambientales. También es importante mencionar que generalmente estos métodos de degradación son combinados ya que en algunos casos comienza a partir de un medio físico o agente externo y después el proceso continúa por la presencia de bacterias o microorganismos y por lo tanto tenemos empaques como los hidrobiodegradables, oxobiodegradables, o fotobiodegradables. Con base en lo anterior, tenemos que los empaques biodegradables son aquellos empaques que van a degradarse por la acción enzimática de ciertas bacterias ó microorganismos los cuales van a consumir y asimilar totalmente el polímero hasta transformarlo en energía, metano, agua, CO2, y materiales inorgánicos o biomasa. Dentro de los empaques biodegradables tenemos a los empaques compostables que son aquellos que van a biodegradarse completamente, pero en un período de tiempo determinado y bajos ciertas condiciones específicas. En el caso de la norma ASTM D6400 y de la EN 13432, el tiempo especificado es de 180 días, y las condiciones son las de composta industrial. Además, para cumplir con estas normas tampoco deben dejar residuos de metales pesados ni toxinas, y ser un medio favorable para ayudar a la vida vegetal. Cabe mencionar que la degradación microbiológica puede seguir dos rutas, la anaeróbica que va a producir biogas (metano e hidrógeno) el cual puede ser usado como fuente de energía, y la segunda ruta es la aeróbica, la cual es la que normalmente se sigue para producir la composta. Cabe mencionar que un empaque compostable siempre es biodegradable, pero un empaque biodegradable no necesariamente es compostable. En lo que se refiere al término de biopolímeros, son aquellos polímeros que pueden ser procesados en equipos de inyección o extrusión convencionales y que están hechos a base de fuentes renovables y/o que pueden ser biodegradables. Los biopolímeros se utilizan para la producción de bioplásticos. Hay que tener en cuenta que un biopolímero no necesariamente van a ser biodegradable, como es el caso de los nuevos polietilenos hechos con base en fuentes renovables (azúcar de caña), y por otro lado un polímero biodegradable no necesariamente tiene que provenir de fuentes renovables, como es el caso de algunos poliésteres que provienen del petróleo. Dentro de los biopolímeros tenemos los polímeros bioderivados que son aquellos que provienen 100% de fuentes renovables, y también son aquellos que están hechos en parte de fuentes renovables y en parte de fuentes no renovables. En este punto no hay un acuerdo ó una definición clara de cuál sería el porcentaje mínimo de materia prima renovable que tendría que tener un polímero para poder ser clasificado como un biopolímero. Tenemos por ejemplo el caso de la poliamida 11 o 6.9 que usa como una de sus materias primas “castor oil”, o los poliésteres que son producidos en parte con el 1,3 propanodiol hecho a partir de maíz, o los poliuretanos producidos en parte con polioles provenientes del azúcar de caña, o los polietilenos mezclados con almidones, etc. Todos estos son polímeros que aunque tienen solamente un cierto porcentaje de materia prima renovable tienen también un alto valor para ayudar a reducir el impacto ambiental. Los biopolímeros también pueden agruparse en 3 grandes áreas: 1.- Polímetos que son extraídps/removidos directamente de organismos vivos principalmente plantas y algunos animales. En esta clasificación entran los polisacáridos como el almidón, la celulosa y sus derivados, la lignina, el quitosan y las proteínas como la albúmina, la caseína, el colágeno, el gluten de trigo y la proteína de soya. 2.- Polímeros producidos por síntesis químicas tradicionales a partir de monómeros bioderivados. Dentro de esta clasificación el ejemplo típico es el polilactato que es un biopoliéster polimerizado a partir de monómeros de ácido láctico, el cual a su vez es producido vía fermentación de carbohidratos provenientes principalmente del maíz ó la papa. 3.- Polímeros producidos por microorganismos ó por bacterias genéticamente modificadas. Los biopolímeros más conocidos dentro de este grupo son los Polihidroxialcanoatos (PHA’s), dentro de los cuales tenemos el Polihidroxibutirato (PHB), y el Polihidroxivalerato (PHV). Como conclusión tenemos que dentro de esta nueva tendencia de empaques sustentables y biodegradables necesitamos contar con información actualizada que nos permita tener una idea clara de las tecnologías disponibles, de cómo podemos clasificar y certificar nuestros empaques para que de este modo podamos medir realmente el impacto ambiental dependiendo de la estrategia de sustentabilidad que sigamos. Visto en: http://www.packaging.enfasis.com/ Ver más sobre embalajes en la red: EN
VASES

 
Hace cuatro décadas, señalaba Jacques Yves-Cousteau que todos los mares del planeta, tenían plásticos suspendidos en sus aguas. Moléculas a veces microscópicas, pero presentes, que continúan navegando indefinidamente en los océanos del planeta.
Y así como el mar no puede deshacerse de estos contaminantes tampoco el campo cuenta con defensas propias que eliminen el plástico. Carreteras, desfiladeros, veredas y caminos de campos de cultivo, se encuentran a menudo contaminados con envases, bolsas plásticas de fertilizantes, botellas de PET, inclusive plásticos que se usan para acelerar  o retrasar procesos de maduración de frutas y algunos vegetales.
Es evidente que detrás de tantas décadas de contaminar nuestro mundo, la solución solo puede construirse desde quienes consumimos estos materiales. Es cierto que el consumo alternativo de estos empaques y envases solo puede ser real cuando el mercado ofrece también alternativas. Desde hace 3 meses México cuenta ya con la opción biodegradable en más de 300 opciones de empaques, que van desde vasos hasta box lunch, pasando por el sustituto de bolsas de plástico: elaborado con fécula de maíz.
A la fecha la línea biodegradable de Tierra Natural ha sido bien recibida  por restaurantes, cafeterías, tiendas departamentales, la academia, la industria alimenticia, etc. El viejo continente, también nos lleva trecho en el uso de estos materiales, inclusive es poco usual y poco conocido el unicel (que se degrada en 1040 años) en algunos países como Francia y Alemania.
Se trata de una gran variedad de bolsas de basura y asa, más resistentes que el plástico, platos de caña de azúcar, bolsas de fibra de bambú que resisten la temperatura del horno de microondas, la humedad y la congelación.
Se degradan en promedio de 90 a 120 días, transformándose en composta (fertilizante natural para la agricultura urbana o rural) y en alimento de peces en mares y ríos.    

Foto: Bimbo.
Grupo Bimbo, una de las panificadoras más grandes del mundo, se fundó en México en el año de 1945: esto quiere decir que hasta el día de hoy el primer empaque que produjo sigue por ahí mortificando al medio ambiente, pues los materiales que más utilizan tardan entre 100 y 400 años en degradarse totalmente.
La buena noticia es que Bimbo introdujo recientemente empaques fabricados con una nueva tecnología llamada d2w® que tardan solamente entre tres y cinco años en degradarse 100%. Si bien no lo ha hecho con todos sus productos, ahora es posible encontrar en cualquier tienda un panquecito con este distinguido sello verde.

Esta decisión es especialmente significativa teniendo en cuenta los enormes volúmenes de producción de la compañía. Bimbo es una de esas empresas que abruman con sus números: ventas anuales que rebasan los 80000 millones de pesos (más de 5500 millones de dólares), más de 100 marcas con cerca de 5000 productos distintos elaborados en más de 80 plantas y repartidos por unas 36500 rutas, desde más de 800 centros de distribución en 18 países de América, Europa y Asia.
Evidentemente lo que agobia tanto de estas cifras no es el hecho de que alimenten millones de bocas diariamente con pan, galletas, tortillas, botanas y confitería, sino que esta titánica labor va dejando de paso una cantidad de contaminantes igual de titánica. No se acerca ni minúsculamente a una exageración decir que cada mexicano ingiere por lo menos un producto de esta empresa a la semana.
Entonces, si consideramos que en México habitan 107 millones de personas (México en Cifras. Proyecciones de la Población 2005-2050. www.conapo.gob.mx) y que un año tiene 53 semanas, daría un aproximado de 5500 millones de productos vendidos anualmente, que se traducen en 5500 millones de empaques desechados, como mínimo.
La mayoría de los empaques que utilizan normalmente están hechos de polipropileno, un polímero muy estable que tarda tanto en degradarse que ni degradable se le considera. Pero la situación está cambiando, pues con la nueva tecnología d2w® (desarrollada por la compañía inglesa Symphony Environmental Technologies) este mismo polipropileno se vuelve completamente degradable.
Esto se realiza por medio de un aditivo especial pro degradante agregado en la etapa de producción que acelera su desintegración. El nuevo plástico resultante es igualmente reusable y reciclable, pero con la enorme ventaja de que desaparecerá en cuestión de días, meses o pocos años, dependiendo de la cantidad de aditivo agregado.
Si más empresas nacionales y transnacionales, acaparadoras de estantes en las tiendas de autoservicio, tomaran decisiones como la de Grupo Bimbo, más de la mitad de la basura que se genera en los hogares desaparecería en un corto plazo. Además, todos los mexicanos estarían colaborando de igual forma con el futuro bienestar de la humanidad y del planeta, sea su intención o no cambiar su cotidiano.

Proveedores  de envases biodegradables:
Aztek Harvest México  es una organización que coordina las capacidades y habilidades productivas y profesionales en un esfuerzo por consolidar la introducción y comercialización de cada vez más y mejores productos de México en mercados distantes.

martes, 19 de abril de 2011

Cuentame otro mundo

En nuestro mundo existen diversos factores que alteran  la vida cotidiana de los seres humanos. Algunos de estos son la nutrición y la globalización; estos pueden llevarse de la mano. Sin embargo en muchos casos esto no es una buena opción. Como por ejemplo la contaminación;

Cada día es mayor la cantidad de basura debido a:

- el crecimiento tan grande de muchas de nuestras ciudades;
- la gran variedad de objetos que se producen día a día; y a
- la forma como estos objetos se empaquetan y se venden.

En los países con mayor desarrollo económico, el promedio de basura que cada persona tira al día es de dos kilos, más o menos, y este promedio va en aumento. Esto significa por ejemplo, que la basura generada en las casas de Estados Unidos -no en las fábricas- llegó en 1990 a más de 220 millones de toneladas. La basura de la Ciudad de México es de más de 18 millones de toneladas al año. En Monterrey se produce cerca de un millón de toneladas al año. Para trasladar esta basura se necesitan, al día, mil viajes de camiones recolectores con capacidad de carga de tres  toneladas cada uno. Trasladar esas cantidades de basura requiere de mucho combustible. En todo el país se generan 84 mil toneladas de basura diariamente. Y en el Distrito Federal se generan 12 mil toneladas, casi un Estadio Azteca lleno de basura todos los días. De todo el mundo, México ocupa el lugar 10 de los países que más basura producen. Hace 50 años cada mexicano generaba 300 gramos de basura diario, hoy cada mexicano genera aproximadamente 900 gramos. Solamente en envases de plástico se tiran en las calles 90 millones de toneladas al año, 25 veces el Zócalo de esta Ciudad. El problema de la basura en las coladeras es todavía más grave en lugares como tianguis sobre ruedas, en calles donde hay puestos ambulantes, paraderos o cualquier esquina, cual sale a relucir en épocas de  lluvias. El problema no es de clases sociales, es educación y cultura.
Además, supone que cada día debemos destinar áreas más extensas de nuestros suelos a la basura; o que arrojemos miles de toneladas de desperdicios al fondo del mar, contaminando así este recurso natural que es la fuente de la vida y que es patrimonio de toda la humanidad.

En el mundo existen miles de fábricas de alimentos, estás son buenas al grado de generar nuevos alimentos y métodos de producción de ellos. Sin embargo muchas de ellas generan un gran problema. Basura, la cual se crea a través de sus empaques, los cuales no son biodegradables.